martes, 13 de septiembre de 2011
Volver a la rutina después de cuatro días sin clases, sin hacer tarea, sin estudiar, y con una enorme felicidad, jode. Quisiera hacer un viaje, sola, sin nadie a quien conozca, volvería el viernes a las 12, para ir a la marcha por el 16 de septiembre. Hoy llegue a la conclusión que no hay que confiar ni en uno mismo, esto me hace recordar a: "Dicen los que saben que no hay que confiar en nadie, ni en uno mismo. Hoy tuve el primer indicio de que no puedo confiar en mí. Y sobre todo porque "yo" confió en "vos". Entonces "yo" no soy una persona en quien confiar. " No hay que creer en lo que te dicen ya que después esa persona se cagan en absolutamente todo, y terminas diciendo "En esta cosa perdí mi tiempo?" y ahí es cuando agarras el cuchillito de plástico y te empesas a cortar (Muy bizarro!!) pero te rendís fácilmente al ver que no sirve tu prueba de suicidio, y te sentís una sumamente inútil ya que no servís ni para eso. Yo si confío, pero es una lastima siempre tener que tener una mano adelante y otra atrás, (para que no te dejen en pelotas), y luego arrepentirte de haber creído en esa persona, pero vas a seguir aprendiendo en que no hay que confiar en nadie, ni en lo que te dice, ni en lo que hace, en nada (diría Mafalda: OTRA VES SOPA?). ¿Amar es confiar?, ¿Entregar tu vida a esa persona, sabiendo que la puede desperdiciar, pero aún confiando que no lo va hacer? Nadie sabe, ya que, ni grandes filósofos sabe que es el "Amor", menos que menos que yo voy a saber que es, yo amo a mi novio y punto (no son solo letras, es sentimiento). Nunca creí en el príncipe azul (no me gustan las personas ideales, me gustan las personas de carne y hueso) o todo ese mundo color de rosa que planteaba disney o esas películas super's cursis's, (Los príncipes azules se destiñen a la primera lavada.)
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